viernes, 7 de mayo de 2010

En Memoria de: PILAR VALLES VICUÑA. Fusilada el 11 del 8 de 1936 en Pikoketa.

Ángela Vicuña, nacía el 1 de Mayo de 1886 en Pitillas, Navarra, le fusilaron a una hija en 1936. Su padre era, Manuel Valles Jiménez, nacido el 7 de Marzo de 1885, en Corella y de profesión Jornalero.

Pilar Valles Vicuña fue Fusilada el 11 de agosto de 1936 junto al caserío de Pikoketa en Oiartzun. Había nacido el 25 de Julio de 1918, en Boquiñena, Aragón. Escolarizada y  militante activa de la Juventud Comunista de Irun.


Fusilatuta, Errepublika eta Euskal Herriaren alde egin zutelako
Fusilados por defender la Republica y Euskalherria

Los jóvenes fusilados en Pikoketa el 11 de agosto de 1936 habían subido desde Irun a aquella posición en la montaña y allí mismo fueron capturados, asesinados y enterrados. Algunos apenas tenían 17 años. El hecho fue conocido muy pronto en Irun, pues alguno de los milicianos pudo escapar y escondiéndose entre matorrales fue testigo de lo ocurrido y pudo contarlo.

La fosa común permaneció oculta durante 40 años, todos los del franquismo. En el año 1976, con la nueva situación política, los familiares se movilizaron y tras diversas gestiones, consiguieron excavar en el lugar, hasta encontrar los restos. Fue una de las primeras fosas de la Guerra Civil que se desenterraron.

El Ayuntamiento de Irun cedió un pequeño mausoleo en el cementerio de Blaia, donde descansan en la actualidad los restos de los 13 fusilados.

Los reunidos en Pikoketa dieron las gracias «a estos valientes, que en plena juventud, sin apenas adiestramiento militar y con escasos medios, defendieron a sus conciudadanos, a sus descendientes, a nosotros».

Homenaje en Pikoketa (Oiartzun)
De conformidad a los datos aportados por el historiador y miembro de "Aranzadi" Iñaki Egaña, el 11 de agosto de 1936 el coronel Solchaga, jefe de las fuerzas golpistas en esa zona, ordenaba a sus columnas la ocupación de la línea de Aia-Erlaitz-Pagogaña, en lo que significaba el inicio de la ofensiva fascista. En los días anteriores el ejército de Solchaga había recibido nuevos refuerzos, así como un importante apoyo de nuevas piezas de artillería. Fue el coronel Joaquín Ortíz de Zárate quien recibió la orden de tomar estas posiciones que, en realidad, no eran sino una pequeña avanzadilla republicana, cuyo grueso de fuerzas estaba pertrechado en el fuerte de Erlaitz. El asalto fascista a esta avanzadilla republicana, al desconocer esta circunstancia, fue realizado con todos sus efectivos. De esta manera abordaron la posición de Pikoketa, defendida por quince milicianos. El caserío de Pikoketa, que contaba con una ametralladora, era la posición más avanzada de los republicanos que permitía vigilar y hostigar al enemigo con relativa facilidad. Cuando los milicianos destacados en este lugar se disponían a desayunar en esa mañana del 11 de agosto, se encontraros que desde la niebla que atenazaba el lugar, surgieron varias ráfagas de metralleta que presagiaban el asalto de las tropas fascistas.

De los quince jóvenes que defendían la posición sólo dos lograrían escapar, Alejandro Colina y José Arocena. El resto fue hecho prisionero y fusilado inmediatamente contra las mismas paredes del caserío. Nueve jóvenes voluntarios, el mayor de los cuales tenía 25 años y el menor 17, junto a cuatro carabineros sellaron su compromiso revolucionario o, en el caso de los agentes, su lealtad republicana: Mertxe López Cotarelo, Pilar Vallés Vicuña, José María Arruti Idiakez, Victor Genua, Jesús López Casado, Agapito Domínguez, Bernardo Usabiaga Jáuregui, Manuel Justo Alberdi, Miguel López Pascual, y los carabineros Vicente Argote, Agustín Bermejo, Félix Luz Echeverría y Angel Braña López. Entre los nueve jóvenes fusilados y con la excepción de Víctor Genua que pertenecía al PNV, el resto eran de filiación comunista.

En 1976 Marcelo Usabiaga, hermano de Bernardo Usabiaga, emprendió la tarea de localización de la fosa en las proximidades de Pikoketa (Oiartzun) gracias a la información facilitada por uno de los residentes en ese caserío. En concreto, el día 28 de agosto de 1978, los familiares procedieron a la exhumación de los restos de Pikoketa de la que hubo noticia en la prensa local.

El pasado domingo día 5 de Noviembre de 2006 tenia lugar un acto de homenaje a est@s gudaris y miliciano@s asesinad@s en Pikoketa. Eran las 13:00 horas cuando comienzan a oírse los sonidos del txistu, después, una trompeta interpretando "Silencio" y a continuación los sonidos de la txalaparta, rodeados por más de 150 personas que acuden al acto. Este es el sencillo escrito que se lee en el homenaje:

"Buenas tardes a todos/as y gracias por asistir a este acto.

Estamos aquí reunidos para rendir homenaje a trece personas, que en este mismo lugar, hace ahora 70 años fueron asesinadas. Trece personas, algunos muy jóvenes, con apenas 16 años, que empezando a vivir se les arrebató la vida. Cuyo delito fue defender la República y Euskal Herria. Defender la legalidad democrática y a su pueblo. Trece personas que, como tantas otras, no dudaron en arriesgar sus vidas para defender a su pueblo, en este caso Irun, contra la agresión de unos militares fascistas, que fuertemente pertrechados, pretendían y consiguieron arrebatar los derechos populares conseguidos tras decenas de años de luchas, anular la pluralidad política, aniquilar las organizaciones de los trabajadores, terminar con la enseñanza pública y laica, empequeñecer el euskera y someternos a los intereses de los poderosos. Hoy damos las gracias a estos valientes, que en plena juventud, sin apenas adiestramiento militar y con escasos medios, defendieron a sus conciudadanos, a sus descendientes, a nosotros.

Gracias a:
* Mertxe López Cotarelo. 17 años
* Pilar Vallés Vicuña. 17 años
* José María Arruti Idiakez. 18 años
* Victor Genua. 25 años
* Jesús López Casado. 26 años
* Agapito Dominguez. 23 años
* Bernardo Usabiaga Jauregui. 18 años
* Manuel Justo Alberdi. 22 años
* Miguel López Pascual
* Vicente Argote. 47 años
* Agustin Bermejo. 39 años
* Felix Luz Etxeberria. 27 años
* Angel Braña López.
* Jacinto López Martinez. 49 años
                                            
Gracias, muchas gracias por defendernos. Hoy os decimos que siempre os llevaremos en el corazón, que vuestra actitud fue un ejemplo, que nunca os olvidaremos y que trabajaremos para que se reconozca vuestro sacrificio, como el de centenares de miles, por defender la República y Euskal Herria".



Marcelo Usabiaga, es hermano de uno de los asesinados, intervino también recordando los hechos y todos los que lucharon defendiendo la República contra el fascismo. A continuación se destapó la placa de homenaje mientras vibraban las notas del Eusko Gudariak y el Himno de Riego. En esas notas vibraba el respeto y el recuerdo que desde "Ahaztuak 1936-1977" tenemos para tod@s ell@s.
 El mejor honor que podemos hacerles es nuestra promesa de que trabajaremos sin descanso por los mismos valores que ellos defendieron con sus vidas. No les olvidaremos nunca.

                                              (Publicado por Ahaztuak1936-1977).