(Barranco Pertigoso - Moscares. Los Tres Mojones. Valdenegrillos. Tananclera)
Hoy es 1 de enero y llamamos realizamos varias llamadas.
Descendientes de Fuentebella.
Le comentamos que estamos buscando a descendientes de Fuentebella, parece que se alegra por ello. Le comentamos sobre nuestra búsqueda. Cambia el tono y dice que era muy pequeña y que no sabe nada.
Le comentamos, que conocemos que esto pasó en Fuentebella, y que se había trasmitido en las familias, preguntamos si su marido sabrá algo, dice que su marido es más joven. Ella pregunta, que quién nos ha dicho que le llamemos. Le comentamos, que lo que queremos es encontrar el lugar donde les enterraron, y que estamos hablando con varias personas de la zona para recopilar testimonios.
Parece que hemos hecho pensar por sorpresa en su juventud y en lo sucedido introduciéndola en la conversación sobre el tema, un tanto nerviosa y con ganas de colgar, termina diciendo, “Yo, ya te he dicho que era pequeña”, pero tengo oído que: “Estaban por los corrales de Tarranclera, que fue por allí, lejos del pueblo, por esos barrancos, por la Muga de Valdenegrillos, por tres Mojones y más arriba de Moscares”. Quedamos en que la llamaremos.
La conversación no dio para más, pero comprobamos que conocen la historia, que todavía les cuesta hablar de esto y que a pesar de lo escueto de la conversación, nos apunta a la misma zona que algunos de los testimonios anteriores.
1/1/2007 – Llamamos a otro contacto.
Contesta, su mujer, nos presentamos y nos dicen que les parecía extraño no tener noticias nuestras sobre la búsqueda. Él se pone al teléfono, le contamos los últimos datos sobre lo conocido en Acrijos. Dice que él desconoce esa parte, pero que ya nos dijo que alguno de Acrijos les ayudaba. Continúa diciendo que “el Lobo fue el culpable, que él ordenó que los mataran”, que de no hacerlo, pagarían los del pueblo.
Parece que queda claro que también da por hecho que les mataron los de Fuentebella, obligados por el alcalde. Entre líneas varios testimonios parecen decirnos que habrían obligado a hacerlo a algunos de los pastores que les estaban ocultando o llevando comida mientras estuvieron en Fuentebella-.
Nos dice que no hagamos caso de otros sitios, que ni del Canto Hincado ni nada, que él desde chaval tiene entendido que se hablaba de que fue en el sitió donde nos llevo, “donde el barranco Pertigoso”, y que de aquí a la muga de Valdenegrillos hay un kilómetro, pero que él tiene entendido que los bajaron del corral a este barranco. Es la zona que teníamos en conflicto con Sarnago. Dice que al abogado de izquierdas que tenían los de Fuentebella, era de fuera y también lo mataron después. Dice que los corrales de Tananclera están cerca. Insiste en que primero miremos “en el cantarralico de abajo”, donde se notaban unas piedras cedidas y que nos detuvimos al final. Me recuerda como había unas piedras grandes que tendríamos que mover entre varios. Le pregunto si concuerda este sitio con donde aquel pastor decía que habían enterrado algo. Dice que cree que sí. Insiste en que están allí. Que miremos y si salen que tendremos que pedir los permisos para sacarlos. Me insiste que lo tendremos que hacer con permiso.
Le comento si puede ponernos en contacto con más gente de Fuentebella, dice que son mayores y que no nos van a decir nada. Me cuenta que hace un tiempo estuvo con su cuñado y otra persona más mayor del pueblo, que sin decirles que habíamos estado, les pregunto sobre si era allí el sitio, y que la persona que estaba con su cuñado, para cortar la conversación y que no se hablara más dijo: “Era por ahí, pero vino un nublado y se los llevo”.
Dice que en Soria hay un pastor de Acrijos que se llama Celedonio y que era secretario. Nos repite que él ya ha preguntado algo, pero que no quiere decir nadie nada.
Recuerda por donde tenemos que ir, subir de Sarnago hasta al caseta, pasar la vaya y el camino de la izquierda, el que baja a las fuentes del camino, los corrales de los pajarijos, el cortafuegos y bajar por donde el corral en ruinas hasta la abejera, y de hay, ya sabes abajo cruzar el barranco y en frente, “en el cantarralico aquel que miramos”.
Le pregunto por la Peña “la Muga” y me dice que también se llama “la Cerilla”, pero que esto esta en la zona de Acrijos. Que miremos primero bien donde nos dice y que espera nuestras noticias.
Enviamos informe con los datos a la Asociación de familiares de fusilados de Navarra y a Aranzadi.
Hablamos de algunos datos, quedando en estar en contacto por E-mail, buscar también si hay familia de Valentín Llorente.
Me comenta que le interesa mucho saber de que radio de búsqueda estamos hablando, comentamos los testimonios sobre la zona de Moscares – Tres Mojones, y de la insistencia de que nos hacen sobre “el montón de piedras del cantarralico de abajo”.
Informamos que tenemos dos visitas pendientes para primavera, en las que personas mayores descendientes de la zona, nos mostraran el lugar donde sitúan los hechos. Quedamos en contacto.
Estas asociaciones están trabajado en las fosas de San Cristóbal y me dan a entender que lo nuestro ira para largo.
Mientras nosotros tratamos de encontrar nuevos testimonios, en otros lugares, sacan a la luz nuevas fosas.
Mientras nosotros tratamos de encontrar nuevos testimonios, en otros lugares, sacan a la luz nuevas fosas.
27/12/2006. Correo enviado por el nieto de Fabián, pastor de Acritos en Madrid.
Hola, disculpad el retraso, a la hora de contestar a vuestra nota. Me he pasado algún día de vacaciones, y no he abierto el correo del trabajo. Por otro lado os he tratado de responder desde mi correo de "Terra" y me retornaba un error.
He hablado con mi padre, y efectivamente los datos que proporcionáis en esta ultima nota, son más próximos a los que el recordaba, el me había comentado que no era el "cura" montado en un caballo blanco, si no que, le sonaba más que fuera el alcalde de Fuentebella... La familia de mi padre y alguna otra, durante el mes que estuvo vuestro abuelo con la otra persona, por Acrijos, fueron las que les proporcionaron sustento. Lo mejor es que os pongáis en contacto con el, puesto que de este modo, os podrá, ofrecer la información, que el recuerde de primera mano, y así no errar en los nombres de lugares. Podéis llamarle por las tardes.
Llamadle y a ver si os puede ofrecer algún dato más. Ya me comentareis como queda la cosa.
Mucha suerte y un saludo. Feliz año 2007.
13/1/2007. Llamada telefónica del hijo de Fabián. Madrid.
A. D.- “En aquellas fechas tristes mis familiares fueron protagonistas de los que les ayudaron a subsistir, la guardia civil bajaba a buscarlos a Acrijos, mi tío Cirilo era alcalde en 1936, y estaba en las mismas circunstancias que tu abuelo, enseguida le retiraron” (nos hace ver que eran afines en ideas). “Bajaban al corral a por comida y se informaban con mi padre y mi tío sobre las noticias y les llevaban alguna prensa que había (porque radio no había)”.
“Los de Igea subieron en dos ocasiones armados, con el alcalde al frente (que aunque no tenía armas le daban una), a buscarlos. Registraron mi casa y me acuerdo porque sacaron a mi abuela que era ciega y la tiraron por las escaleras –todavía guardo aquella imagen – registrando toda la casa”.
“Un día, Cirilo y Fabián le encontraron por la calle y le dijeron “corre, corre, avisa a los huidos, si están en los hoyuelos que se marchen, que vienen a buscarlos”. A él todavía le vienen imágenes, nos lo cuenta extrañado después de tantos años, las imágenes que estos días le vienen son de sus familiares hablando con el abuelo y el maestro sentados en los corrales, compartiendo cada día la poca comida que poseían (pan, tocino, etc. Incluso un vaso de vino). “Todavía recuerdo que si algún día no bajaban a encontrarse, mis familiares se inquietaban por lo que hubiera pasado ya que su amistad era como de hermanos”.
Sitúa la fecha de la muerte antes del 15 de septiembre, por la zona de Muscares, más para Valdenegrillos que para los Tres Mojones.
Dice que “en Fuentebella estuvieron poco tiempo – 2 o 3 días- , los de Fuentebella eran distintos, en Acrijos nunca hubiera pasado, hubieran dicho cualquier otra cosa porque los de Acrijos teníamos más vuelo”, “en Acrijos si les veían cualquiera les daba un trozo de pan”, “Los de Fuentebella no hablan por vergüenza”, “arrepentidos y avergonzados estarán los que fueron”, “los de Fuentebella debían haber hecho otra cosa”.
Dice que “los pastores, después, no metían las ovejas en ese lugar por respeto”. Le suena que fue en unos pedregales de Moscares, que “estaban en unas piedras y allí les dispararon” y que cree estarían en unos corrales más cerca que los de Tarranclera”. En su conversación, apenada, comenta que piensa – sin saberlo- que no se atreverían a enterrarlos, que quizá dieran parte a alguna autoridad para que lo hicieran.
“Yo he visto caer las lágrimas a mis padres y a mi tío por esto, lloraron mucho porque ya en aquellos tiempos eran como hermanos”, no sé quién les enterró pero pienso – que no sé- que no pudieron ser capaces de hacerlo ellos, que ellos los mataron, los dejaron ahí y darían parte a alguna autoridad para que los enterraran. “De Cornago mataron a alguno, y se pregunta por si quizás les enterrarían junto a ellos”.
“Al tiempo, en un lunes de feria en San Pedro Manrique, sus familiares y algunos más de Acrijos recriminaron al Lobo y algún otro de los que lo hicieron por haberlos matado y no hacer otra cosa, sé que tuvieron una muy fuerte”.
“Los de Fuentebella tienen que saber todo, incluso dónde están enterrados, y también los de mi edad”.
Nos dice que su tío y su padre continuaron bajando a Pitillas los años posteriores a la guerra, trabajaban para unos ganaderos de Tafalla llamados, Ederras, dice que en este tiempo dormían en casa de una viuda de las mismas circunstancias en Pitillas.
En 1936, tenía seis años de los de entonces. Díez años más tarde, de los 16 a los 29, estuvo en Beire. Trabajaba como jefe de mataderos. Después estuvo 41 años en Gipuzkoa.
Tras conocer por su hijo nuestra búsqueda, se puso en contacto con un hermano tres años menor que él, pero éste no recordaba tanto. También con otra hermana que vive en Barcelona.
Ahora, nos comenta que seguirá intentando encontrar a alguien de su edad que pueda recordar y nos comenta que hablará con un amigo, tres años mayor que él, por si recuerda algo más. Nos da referencias de otro nombre de Fuentebella, de los muchos con los que estuvo en la mili, un tal Emiliano que vive en Murillo del Fruto.
En varias ocasiones nos dice que entiende perfectamente nuestra búsqueda y que él, en nuestra circunstancia haría lo mismo. Le pedimos que nos escriba lo que recuerde. Nos desea mucha suerte y nos pide que le tengamos informado si encontramos algo. Él suele ir a Barcelona y comenta que podemos coincidir y quedamos en que si vamos a Madrid le llamaremos. Se alegrará de conocernos y nosotros también de darle un abrazo. La conversación se prolongó durante una hora.
Me pregunto continuamente por qué no dieron noticias a la familia de lo sucedido, ya que gentes de la zona continuaron bajando a Pitillas con las ovejas tras la guerra, alojándose a patrona en casa de alguna viuda de fusilado de Pitillas, y posteriormente él, estuvo por Beire durante 11 años.
Pregunto sobre esto, y parece extrañarle que no tuviese noticias la familia; él creía que las hubieran trasmitido entonces desde alguna autoridad, y que cuando el trabajó por Beire, no reparó en hacerlo, ya que no tuvo nunca oportunidad de conversar con nadie sobre estos temas.
A pesar del silencio de la posguerra, me resulta muy extraño que siendo amigos del abuelo, no trasmitieran en ningún tiempo noticia alguna sobre lo sucedido. No lo entiendo.
Llamamos por teléfono a otro descendiente de Acrijos, en Logroño.
Nos contesta Lola, su mujer. Lola nos dice que su padre fue alcalde de Acrijos en otros tiempos, que se acuerda de poco. Dice que al pueblo no vinieron, y que su tía, le contó a su madre que un día los encontró por el campo y les dio la merienda que ella llevaba en una cesta. Al tiempo, cuando corrió la noticia de que les habían matado, su tía lloraba repitiendo que ella les había dado su merienda y que ahora les habían matado. Nos dice que fue en término de Fuentebella. Les dio mucha pena que les hubieran matado sin culpa.
Preguntamos por su marido. Nos dice que su marido en aquellos tiempos era pastorcillo, solo se acuerda de que cuando era pequeño, un día vio a dos hombres tumbados en la cima de una peña y se asustó, los hombres le preguntaron si sabía donde había agua, y él les señalo un riachuelo, monte abajo. Lola nos dice que anteriormente, entre ellos, no habían hablado nunca del tema.
Le comentamos algunos datos sobre la búsqueda. Él, no se pone al teléfono pese a estar en casa. Termina diciendo que al Lobo se le murió una hija muy joven, y que en la guerra murieron también cinco de Acrijos. (Entiendo que en el Frente). Que no sabían nada más y que nos deseaban suerte en la búsqueda.