domingo, 11 de abril de 2010

Los mensajes del general Mola desde Pamplona predecían lo peor

Julio de 1936.

“Se tendrá encuesta que la acción ha de ser en extremo violenta, para reducir lo antes posible al enemigo, que es fuerte y bien organizado. Desde luego serán encarcelados todos los directivos de los partidos políticos, sociedades o sindicatos no afectos al Movimiento, aplicándoles castigos ejemplares, a dichos individuos para estrangular los movimientos de rebeldía o huelgas”.

Mola 25/5/1936.

La represión generalizada estaba prevista en los planes de los conspiradores. Coincidía además, con que la mayoría de los altos mandos insurrectos (Sanjurjo, Casanellas, Mola, Franco, Varela, Yagüe, Ponte, etc.) Habían ejercido su jefatura sobre las tropas de Marruecos y aplicaban los criterios de una guerra colonial, obrar primero con cautela para después arrasar al enemigo, como la mejor garantía del éxito de la empresa. Iribarren pone en boca de Mola frases realmente escalofriantes: “No hay aquí otro camino que llevar las cosas hasta el final, hasta el aplastamiento del adversario”; “¿Parlamentar? ¡Jamás! Esta guerra tiene que terminar con el exterminio de los enemigos de España”; “En este trance de la guerra, yo ya he decidido la guerra sin cuartel (…) A los militares que no se han sumado al Movimiento, echarlos y quitarles la paga. A los que han hecho armas contra nosotros, contra el ejército, fusilarlos. Yo veo a mi padre en las filas contrarias y lo fusilo”. “El arte de la guerra yo lo definiría así: Es el medio de juntar veinte hombres contra uno y, a ser posible, matarlo por la espalda”.

Mola 24/6/1936.

“Hay que sembrar el terror… hay que dejar la sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensen como nosotros”.

Mola 19/7/1936.

“Nuestra guerra no es una guerra civil, una guerra de pronunciamiento, sino una Cruzada de los hombres que creen en Dios, que creen en el alma humana, que creen en el bien, en el ideal, en el sacrificio, que lucha contra los hombres sin fe, sin moral, sin nobleza… Si, nuestra guerra es una guerra religiosa. Nosotros, todos los que combatimos, cristianos, musulmanes, somos soldados de Dios y no luchamos contra otros hombres, sino contra el ateismo y el materialismo, contra todo lo que rebaja la dignidad humana, que nosotros queremos elevar, purificar y ennoblecer…

Franco 16/XI/37



Los resultados de semejante política de Guerra serán dramáticos a partir de estos mensajes.