viernes, 9 de abril de 2010

Un poco de historia



1927. Valeriano Antonio Cabrero Santamaría. Ponzano-Pitillas. Realizó el servicio militar en Tudela, desde allí, llego a Pitillas por primera vez, con apenas 23 anos, en 1927, como cabo, a la parada que por aquél entonces realizaba el ejército en el pueblo. Durante su estancia en Pitillas y, terminado el período militar, el 23 de enero de 1928, contrae matrimonio con Juliana Urzain, vecina de Pitillas. De este matrimonio, nacieron cuatro hijos.

En 1931, Antonio Cabrero Santamaría, es elegido concejal del Ayuntamiento de Pitillas, desde donde defendió sus ideales republicanos y de izquierda, en un Ayuntamiento, con clara mayoría de derechas, y poco dispuesto a mejorar las precarias condiciones de sus habitantes.

El 1ª de mayo de 1933, en la mayoría de los pueblos de la zona, el día se celebró entorno al eterno problema del comunal. Desde Pitillas Antonio Cabrero, denuncia la situación que en el pueblo crean los caciques y anuncia movilizaciones en favor de la implantación de La Bolsa de Trabajo, por el deslinde y la distribución urgente de las corralizas de Cobaza, Cascajo y Santo Domingo.

Seis corralizas en Pitillas fueron la principal fuente de lucha por parte de la izquierda local: Santo Domingo, Cobaza, Picarana, Cascajo, Dolomondos, y Carnicería. La relación entre la propiedad particular y la colectiva se había desequilibrado notablemente en beneficio de la primera; y desde hacía muchos años se exigía el deslinde. Este se comenzará en julio de 1931 con un ayuntamiento republicano con clara mayoría de derechas: Seis concejales son carlistas y liberal-conservadores y tres de izquierdas. Desde el principio el deslinde es cuestionado por basarse en el catastro de 1885 y no en el de 1865 que, lógicamente, contenía menos terrenos privatizados. A finales de 1932 comienza el deslinde en Cascajo, Santo Domingo y Cobaza, de donde, según los técnicos, se puede conseguir reintegrar al común casi tres mil robadas de las 13.000 que tienen de cabida.

El Ayuntamiento de derechas, presidido por Emilio Arizaleta, no muestra ningún entusiasmo por el deslinde y éste se retrasa continuamente. Desde la prensa de izquierdas Antonio Cabrero protestaba por la influencia de los caciques en estos retrasos a la vez que solicitaba la implantación de la Bolsa de Trabajo y la parcelación urgente de las corralizas.

En marzo de 1933 la izquierda, consigue que Diputación ordene al Ayuntamiento la incautación, parcelamiento y reparto entre los vecinos en el término de 30 días, de las 4000 robadas de la corraliza Picarana, que hacía ya muchos años que era reivindicada por los vecinos. Esto da lugar a grandes enfrentamientos que se agravaron cuando, al regreso de la romería de Ujué, un numeroso grupo de romeros se enfrentó a bastonazos con otros vecinos de izquierda, resultando heridos de consideración el concejal de UGT Ángel Elduayen y Agapito Urzainqui, de Ujué.

Una vez adjudicadas las parcelas el alcalde publica un bando prohibiendo la entrada de los vecinos. Después  de mil gestiones para conseguir deslindar y parcelar Picarana, un interdito judicial dictado a petición de Carmen Goñi la devolvía a  los antiguos detentadores. Estaba claro que en Pitillas no se permitía que la República diese sus frutos. Incluso un domingo fue abucheada y apedreada una banda de música cuando comenzó a tocar el Himno de Riego. Algunos altercados se producen, y enfrentan a los vecinos, por cuestiones religiosas, el día de la romería de Ujué. Este día, la derecha religiosa del pueblo, aprovecho para manifestarse y enfrentarse al nuevo periodo republicano, que comenzaba a gestarse.

En septiembre de 1933 Ricardo Zabala se quejaba en un escrito enviado a Diputación del que se hizo eco "Trabajadores".

"Nada ni nadie puede autorizar este despojo. Tenemos derecho a defender como la propia vida el disfrute de estas parcelas comunales y si el mantenimiento de este derecho llega a costar horas amargas al pueblo de Pitillas, la responsabilidad será de aquellos que, puestos a elegir entre el usurpador y el usurpado, no supieron amparar y hacer justicia al que la tenía".

En el bienio negro aumenta la presión sobre las izquierdas de Pitillas con la entrada de nuevos concejales derechistas. La tierra no se repartía como exigían los vecinos más necesitados y el alcalde se ampara en la guardia civil para impedir las protestas de los vecinos en los plenos municipales. UGT denuncia la existencia de 100 familias sin trabajo en una localidad de 1400 habitantes. Este sindicato era el único de izquierdas existente y en 1934 su nueva junta directiva quedo compuesta por Abdón Garde y Alejandro Alfaro como presidente y vicepresidente; Eusebio Erdociain y Bernardo Napal, secretarios; Antonio Esandi y Cecilio Esandi, tesoreros; Francisco Oneca, Andrés Esparza, Lazaro Amadoz y Pedro Izura, Vocales. Sin estar en la junta, Antonio Cabrero seguía siendo el alma y motor de los socialistas y continuaba escribiendo sus crónicas desde "Trabajadores" denunciando, de vez en cuando, al "cavernícola Diario de Navarra" defensor "de los que se comen el común". En la derecha, José Abete presidía el Centro Agrario y Jesús San Martín el Casino la Unión.


En julio de 1935, Antonio Cabrero, arremete desde "Trabajadores", (Periódico de UGT de Navarra) contra el nuevo alcalde al que echa en cara las 100 familias de pitilleses sin trabajo y en precarias condiciones de vida. Cabrero denuncia el hecho de que tras el sorteo de la corraliza Dolomondos, la tierra sobrante fuese repartida según criterio del ayuntamiento y en contra de la voluntad de los vecinos. Según él, el deslinde debía hacerse según el año 1865 y no el de 1885 dada la gran privatización que el comunal pitilles sufrió en esos 20 años. El alcalde gubernativo no dudó en recurrir a la guardia civil, cada vez que en los plenos municipales, se manifestaban las justas protestas de los vecinos.

En 1936, tras el triunfo del Frente Popular, un grupo de vecinos se entrevista con las nuevas autoridades y consiguen que éstas hagan dimitir al alcalde Arizaleta por considerarlo un obstáculo para la convivencia del pueblo. En abril toma posesión del cargo Valeriano Antonio Cabrero Santamaría, junto con otros tres concejales de izquierdas,Ramón Alfaro, Joaquín Napal y Anselmo Aristu. 


Todo parecía que por fin, un Ayuntamiento de Pitillas se comprometería a fondo en el tema del comunal. Pero no le dieron tiempo.



Recuerdo de Pitillas. Colecta pro Presos.

De esta lista, unos meses más tarde, fusilarían a 11 personas y entre el resto de apellidos se encuentran muchos familiares de otros tantos asesinados.En la lista, varios que marcharon al exilio, algunos que no regresaron, otro fue preso en el Fuerte de San Cristóbal, otros embargados hasta dejarlos en la miseria.